A lo largo de mi vida y desde que tengo memoria, como mexicano siempre he anhelado ver a la Selección ganar en cada partido y no se hable si es un partido oficial de un torneo como la Copa del Mundo, o como es el caso, la Copa América. A la mayoría de los mexicanos nos apasiona un juego de la Selección, es un orgullo un tanto patriótico sin caer en el extremismo de pensar que un juego de Fútbol me hace más mexicano o mas patriota. Debo aceptar que el título de esta entrada lo elegí antes de ver el partido de México contra Ecuador. Fuese el resultado que fuese, no cambia nada, los mexicanos siempre nos quedamos con la esperanza verde. El problema de la Selección se dejó ver precisamente en este partido. Se juega con un grupo B con jugadores que nos dejan con el grito en el aire al ver que las jugadas eran de primaria y que la mentalidad del jugador era pobre y con ninguna idea en equipo. Quizá se piense que es el grupo B de la Selección y no hay que exigir tanto, pero la realidad es que como mexicanos siempre tenemos por delante el pretexto, el factor que siempre nos hace justificarnos de la falta de compromiso y liderazgo. Esta es la segunda vez que México enfrenta a su similar de Ecuador en lo que va de este año 2015. En el primer encuentro en Los Ángeles California, la Selección mexicana se presentó con la Selección mayor dando como resultado 1-0 a favor de los nuestros con gol de Chicharito Hernández. México se vio un tanto superior, pero lleno de carencias. No perdimos solo por que Ecuador perdonó mil veces y es aquí en donde no vale la comparación entre un grupo A y grupo B. Sea el grupo que sea, nos falta garra, nos falta creernos que podemos llegar a más. Las barreras mentales son un factor mas grande que el propio equipo que enfrentamos.
El grito “sí se puede” ya es para los mexicanos una rutina. Siempre añoramos llegar más lejos sin creernos que podemos hacerlo. Hoy en día vemos a equipos que consideramos inferiores a la Selección mexicana, dando sorpresas porque su mentalidad está cambiando. Es el caso de Ecuador, que lo creyeron y vivieron su creencia, ganando bien a México y enfrentando con buenas ideas. Aunque el arbitro no les pitara un penal a su favor, aún así salieron ganadores. Nos quedamos con la esperanza de ver a México ganar con garra o perder jugando al fútbol con dignidad. Esperamos que no nos decepcionen en la Copa de Oro.