Hace apenas unos días salió en varios medios la comparación de resultados de Luis Enrique con su contemporáneo, Pep Guardiola. Ambos números son increíbles, de ensueño; cada uno en sus distintas temporadas, con diferentes estrategias y jugadores.
Ambos lograron llegar a su partido número 28 con 23 victorias, 5 empates y 86 goles anotados. Pep lo logró en la temporada 2010/11 donde ejercía un control total desde la posesión, defensa y ataque con balón que, como se vería después, no siempre tenía todas las soluciones. Luis Enrique por otro lado, lo acaba de igualar en esta su segunda temporada, 2015/6 donde maneja un equipo más camaleónico, más adaptable, dotados igualmente con el toque pero con una nueva vertiente de contragolpe.
Será que ya llevamos varios años acostumbrados a escuchar este tipo de datos, de ver a un Barcelona desequilibrante, que incorporó al mundo del fútbol un estilo totalmente nuevo y que continuamente rompe récords. ¿Será ya normal? Con esto pensamos que ya todo es automático dentro del equipo catalán; pero es obvio que esto es el resultado de años de inculcar su visión, sus valores y forma de juego a todos los jugadores que han pasado por ahí, ya sea desde la Masía o que hayan sido fichados después.
¿Es un reconocimiento para Luis Enrique o es mérito del equipo?
Primero que nada, recordemos que cuando el técnico de Asturias tomó las riendas del equipo, el Barcelona venia de una temporada desastrosa al mando del “Tata” Martino, donde el equipo no ganó nada y además se les veía jugar fatal. Fábregas, Puyol, Xavi, Valdés y otros fueron bajas del equipo durante esa transición del equipo.
Muchos dirán que el trabajo de Luis Enrique es sumamente fácil contando con esa plantilla, teniendo al tridente más poderoso del fútbol actual, manejando grandes mentes como la de Iniesta, o trabajar con el discreto pero más que eficiente labor de Busquets.
Pero no es así de sencillo, una vez Pep lo llegó a comentar en una de sus conferencias, que lo difícil de este gran equipo es manejar tantos egos y distintas personalidades, darle gusto a todos y no perder tu personalidad ni carácter en el intento de esto. Por ejemplo, las múltiples críticas que recibió Guardiola por el hecho de que no podía sacar a Messi del campo o dejarlo en la banca porque el argentino se molestaba. ¿Cómo le hace un entrenador para decirle NO al mejor jugador del planeta?
Al ver los resultados logrados por Luis Enrique, tras una temporada de ensueño donde el equipo catalán ganó todas sus competencias, me pregunto: ¿Es logro de Luis Enrique?, ¡claro que sí! Recibió un equipo en bandeja de plata pero con muchas rupturas internas, y con su gran talento lo ha hecho funcionar como reloj; además de crear un ambiente de amistad y confianza que se refleja en la cancha, el cual se había perdido por algún tiempo entre la era Pep y la de Lucho.
Luis Enrique arroja hasta ahora un 80% de efectividad y apenas terminará su segunda temporada con el equipo. No cabe duda que es de aplaudir el gran trabajo que ha logrado el ex jugador azul grana. Queda media temporada y por ahora se encuentran como líderes a tres puntos del Atlético de Madrid, prácticamente en la final de Copa del Rey y en octavos de la Champions League.
¡Bravo Lucho!
Todo lo que ha hecho y está haciendo Luis Enrique es digno de elogio, eso no cabe duda. Pero por mi parte, creo que nunca podría comparar a uno con otro ya que para mí Guardiola siempre estará un escalón por encima. Es el entrenador que ha obligado al portero a convertirse en jugador de campo, el que solo veía el fútbol a través del toque y se encontró el mejor equipo para hacerlo. Luis Enrique era un delantero lleno de garra y esfuerzo. Guardiola, un mediocentro que rebosaba visión y orden. Por eso, lo que Guardiola transmite, además de por su carisma, creo que es muy diferente a lo que ofrece Luis Enrique. Templanza, sangre fía y toque por un lado. Juego directo, presión y lucha por otro. Pero claro, hay que sumar a eso el talento de jugadores que crecen con el toque como filosofía. Igual que pienso que para Guardiola el mejor equipo es el Barça, también pienso que Luis Enrique lo haría igual de bien en otros equipos de menos toque como Chelsea, Atlético de Madrid o, por ejemplo, Borussia Dortmund. ¡Genial artículo y gran página!
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