Terminó una edición más de la Copa América y el campeón se tendría que definir entre la selección chilena y la selección argentina. Fue un partido que nos hizo vivir una de las noches más tristes y sombrías para cualquier aficionado, una noche que quedará en la historia de nuestro fútbol. Tras 120 minutos jugados, el que levantaría la Copa se tendría que definir en penales. Y así fue, llegó el segundo tiro para los argentinos y Lionel Messi falló. El ídolo argentino, el jugador en el que recaía toda la responsabilidad y las esperanzas de un país entero, erró su tiro penal y el triunfo fue para los chilenos, convirtiéndolos en bicampeones de este torneo.
Por cuarta vez los argentinos se quedaron a un paso del trofeo y de la gloria, de nuevo se quedaron en ser una selección subcampeona; una selección que de la mano del mejor jugador del mundo, no había podido consagrarse. No habían pasado ni cinco minutos, cuando ya había miles de comentarios, videos y “memes” en las redes sociales haciendo burla de la falla del crack argentino. La mayoría de la prensa, afición y comentaristas se fueron encima de él, con reclamos, insultos, dudas sobre su talento y hasta pidiéndole que por favor se retirara de la selección albiceleste. El máximo ídolo argentino, Diego Armando Maradona, ha sido uno de los principales que le ha exigido resultados y lo ha catalogado como un jugador “no líder”.
Para todos los que seguimos y amamos el futbol, no debe de importar la nacionalidad, que playera usemos o que colores amemos, debemos ser objetivos y aceptar que Messi es un artista, algo que no se ve en cada generación, un revolucionario de nuestro futbol y que somos privilegiados por poder verlo jugar. Es injusto lo que se le exige, cuando ha dado de más por llevar a su selección cuatro veces a la final. Sí, falló un penal, pero con eso nos hizo recordar que es un ser humano y una especie de robot. No hay porque buscar un solo culpable, simplemente ha sido un trabajo en equipo fallido. Muchos jugadores están en la misma situación con sus selecciones, como Zlatan y Cristiano Ronaldo; la responsabilidad no puede caer en una sola persona.
Muchas veces parece que el fútbol no tiene memoria y nos dejamos llevar en el momento por la pasión o el coraje, pero ¿cómo poder olvidar todos esos momentos que nos ha hecho vibrar o quedarnos estáticos por algún gol o alguna jugada que parecía imposible? Se nos olvida que el futbol es un deporte de conjunto. No opinaré si es correcta o no su decisión de retirarse de la selección, pero puedo decir que no quiero ni puedo imaginar Rusia 2018 sin él, y estoy segura que no soy la única en pensar eso. La imagen de Lionel Messi llorando inconsolablemente en el estadio Metlife, no será algo fácil de olvidar para cualquier amante del fútbol.
Si nos aferramos a querer encontrar un culpable esta es la realidad: ¡Messi es el culpable! No hay duda de eso. Nos ha acostumbrado a que el romper récords, que hace muchos años nadie, ni siquiera se acercaba, es algo tan común y de cada fin de semana. Es tu culpa Lionel, por meter esos goles que parecen sacados de un videojuego, o de anotar un gol donde te burlaste a más de cinco defensas, como aquel en la final de Copa del Rey. Messi, tú eres el culpable por hacernos creer que eres de otro planeta, por convertirte en el máximo goleador de tu selección, de la Liga BBVA o de cualquier lugar donde te llegues a parar.
Es culpa tuya, por hacernos ver todo tan fácil, por hacernos creer que tu obligación es conseguir un trofeo para todo un país, en lugar de que once luchen juntos por él. Es tu culpa el hacernos creer que eres un tipo de superhéroe que puede cargar a todo un equipo con tu pequeño tamaño y que tiene que probar que es el mejor del mundo cada segundo de un partido. Es totalmente tu culpa Messi el haber cambiado la historia y la forma de ver y disfrutar el deporte más hermoso del mundo.
Es tu culpa Messi por ser tan grande y a la vez tan humano . La historia recordará por siempre lo grande que eres, a pesar de ser tan humano como quienes te critican
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